Nunca había oído hablar de un mar de nubes, pero desde la primera vez que lo escuché, la curiosidad me embriagó y la imaginación comenzó a poseerme. ¿Qué era un mar de nubes? Comencé a verme como una Peter Pan volando entre las nubes hasta el país de Nunca Jamás o, como en el cuento de las “Habichuelas mágicas”, subiendo por una planta gigante y cruzando las nubes.

 

Pero amigas, es posible sentirse como en un cuento, sólo has de viajar a Tenerife, donde las nubes, a diferencia de lo que estamos acostumbrados, en ocasiones viven pegadas al suelo.

 

Raquel Millán es la encargada de contarme ese cuento, además es mi casera mientras me hospedo en su “Finca Vilaflor”, situada al lado del pueblo Vilaflor, como bien indica su nombre. Esta mujer me resulta pura inspiración. Hace unos años decidió hacer un giro de 180º en su vida segura y fija de Barcelona y, apostó todo, a crear algo que le apasionara de verdad. Decidió, que el proyecto que había comenzado su abuela hacía muchos años atrás no podía quedar a medias y dejarse perder, así que acompañada de Andrew, su pareja, se mudaron a una finca del interior de Tenerife y comenzaron con las obras. Ahora han logrado levantar 3 cabañas y un maravilloso loft que sumado a las vistas de las colinas, el mar de fondo y todo el espacio de viñedos y gallinas, si no es el paraíso, poco le falta.