
CONFÍA EN EL PROCESO
Annika Gabriel
DJ
¿Puedes contarnos un poco sobre tu historia?
Soy originariamente alemana, llevo viviendo en Amsterdam 12 años. Vine aqui para estudiar Desarrollo Internacional y Globalización. A mis 18 años fui de viaje a Ecuador y me quedé allí por 4 años haciendo voluntariado en diferentes proyectos. Cuando regresé del viaje quería encontrar la manera de crear mas igualdad en el mundo. Quería trabajar en algo que me permitiera viajar y conocer personas de diferentes países.
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Después de 5 años de estudio encontré el trabajo en la ONG donde trabajo actualmente, allí evaluamos si los productos son de comercio justo antes de comercializarlos. Al principio entrenaba personas que iban a evaluar las manufacturas y ahora estoy más en gestión donde me encaro de incentivar a las empresas a pagar un precio justo por los productos.
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¿En qué situación te encuentras ahora?
Voy a dejar mi actual trabajo. Me he dado cuenta que he estado intentando por algún tiempo crear un impacto a nivel global y los resultados han sido pocos y muy lentos porque hay algo muy grande con lo que luchar. He estado invirtiendo mi energía en algo que me crea frustración.
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Ahora quiero invertir mi energía en algo más dinámico, que me lleve cerca de la gente, me he dado cuenta del impacto que se puede hacer a nivel local, de comunidad. No sé exactamente hacia dónde voy pero también es algo que estoy disfrutando.
Ya estoy notando la transformación que me brinda el hecho de ser dj veo como inmediatamente las cosas se mueven: los cuerpos, la energía, las emociones... Si la gente se siente conmocionada por la música, puedo sentirlo yo también y me gratifica.
Por otro lado empecé a estudiar el método Pantarei que combina masaje, trabajo corporal y conversación.
Siento que disfruto mucho siendo parte del proceso de sanación de otras personas.
¿Cuándo te iniciaste como dj?
Mi sueño era pinchar en Ecstatic Dance, aún así siempre lo vi lejos de mi alcance. Siento pasión por la míusica yel movimiento desde que era pequeña. Durante la pandemia solía pasar tiempo con un amigo que es dj y éste me animó a hacerlo. Así que empezamos a mezclar con su equipo. Para mi cumpleaños mis amigos me regalaron un
panel de control para mezclar y ahí ya empecé a practicar por mi cuenta en el salón de mi casa, sólo para mí.
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Algunas personas me preguntaron si quería pinchar en sus fiestas y eventos. Aunque me moría de verguenza y estaba nerviosa me forcé a hacerlo, era mi manera de aprender.
¿Cómo fueron esas primeras veces?
La primera vez me preparé tan bien que lo hice de memoria, fue muy bien pero no sentí nada, creo que mis propias expectativas y ansiedad por hacerlo bien me impedían disfrutarlo.
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¿Y en Ecstatic Dance?
Envié mis sesiones grabadas a la persona encargada de gestionar Odessa, el sitio donde solía ir a bailar y también ser voluntaria. Ella lo compartió con el dueño y me invitaron a pinchar allí. Cuando solía ir a bailar en Ecstatic Dance mi experiencia era muy profunda y yo quería ofrecer los mismo a otras personas, sentía mucha presión.
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Mi primera vez fue un domingo por la mañana, recuerdo que fue mágico, la luz del sol entraba por la ventana del barco, algunos amigos vinieron y todo el mundo fue muy amable.
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Hoy en día la ansiedad ya no forma parte de mi experiencia, disfruto muchísimo.
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¿Quieres mandar un mensaje a nuestrxs lectorxs?
Cuando empecé pensaba que la clave era el trabajo duro, de alguna manera estaba trasladando el paradigma de mi trabajo pero era porque no creía en que iba a cumplir mi sueño. Ahora pienso que confiar en el proceso es la clave.